El exdecano del Colegio de Ingenieros de Puno, César Guerra, habló sin tapujos de los famosos diezmos de cada proyecto y las alternativas posibles para acelerar la ejecución de estos.
Según explicó, antes de que se lance la convocatoria de un contratista para un proyecto, ya se sabe quién va a ganar y las empresas que se lanzan de forma legal son las que nunca obtienen nada.
En adelante, el contratista ganador obtiene el contrato con el 90 % del presupuesto. Posteriormente, con el famoso diezmo, dispone del 80 %. Algunos trámites le cuestan otros 5 %, de manera que solo dispone del 75 % para su labor.
Es decir, si una obra necesita S/ 10 millones para ejecutarse, el ganador propone S/ 9 millones para imponerse; posteriormente, le da S/ 1 millón al funcionario y luego le queda muy poco para ejecutar correctamente la obra.
Tras esto, se pregunta el ingeniero, qué empresa va a poder terminar su obra con el 75 % del presupuesto. Para eso, empiezan a buscar adicionales, los cuales no se encuentran en el segundo o tercer piso de las obras, sino en el subsuelo.
Ahí se presenta el problema, pues muchas entidades se niegan a brindar esas facilidades, por falta de presupuesto, por lo que el empresario finalmente busca resolver el contrato, paralizando de esta manera la obra.
Luego de esto, la institución elabora un nuevo expediente y se suma un nuevo presupuesto, con lo cual los costos acaban duplicándose y las obras nunca se acaban.
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