Enfrentando el acoso policial, cientos de manifestantes, muchos de ellos provenientes de provincias, se congregaron en las calles céntricas de Lima para exigir justicia por los asesinados durante el gobierno de Dina Boluarte y cambios políticos.
Raúl Samillán, presidente de la Organización Nacional de Familiares de las Víctimas de las Masacres, resaltó el papel obstaculizador de la policía, evidenciado en imágenes difundidas en redes sociales donde numerosas camionetas policiales seguían a los buses de los manifestantes.
Durante la concentración previa a la marcha, Samillán declaró: “Cada kilómetro nos han parado, por eso recién está llegando el segundo bus de los hermanos de la ciudad de Puno, les pido que esperemos un momento a nuestros hermanos, todos juntos”.
La marcha contó con representantes de Andahuaylas, Cusco, Arequipa, Ayacucho y colectivos de Lima, quienes portaban imágenes de las víctimas de la violencia policial y militar. Hasta el cierre de edición, se reportaron algunas fricciones entre las fuerzas policiales y los manifestantes.
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