De acuerdo con el tercer informe técnico sustentatorio del Estudio del Impacto Ambiental (EIA) de la unidad minera Corani, los efectos de la explotación del litio y otros minerales afectarán a la zona por lo menos hasta el año 2050.
Según dicho documento, la construcción de la infraestructura necesaria para la operación de dicha unidad minera debe culminarse entre 2027 y 2028.
PLAZOS
En el año 2018 se anunciaba que el proyecto entraría en fase de explotación en el año 2020; sin embargo, el plazo para las obras de preparación se ha extendido de 3 a 9 años debido a tres factores: la crisis sanitaria, la conflictividad social, así como ajustes técnicos y financieros.
La operación se ha fijado en un plazo de 18 años. Inicialmente se pensaba que el término de esta fase se daría entre el año 2039 y 2040, pero el nuevo cronograma propuesto lo fija entre el 2045 y 2046.
Tras esta etapa, se ha fijado el periodo de cierre por un plazo de 7 años, con lo cual se tendrían efectos del proyecto hasta el año 2053.
Se debe precisar, sin embargo, que estos plazos han estado sometiéndose a variaciones, pues los representantes de Bear Creek Mining S.A.C. han anunciado varios inicios que, finalmente, no se dieron y se fueron postergando.
ALCANCES
Se debe tener en cuenta que dicho documento asegura que en el área de explotación no existen sitios arqueológicos y se tienen cuatro certificados asegurando esto, a pesar de que algunos entendidos advirtieron que sí existen.
Este informe técnico fue aprobado por el Servicio Nacional de Certificación Ambiental (Senace), el cual no autoriza para el inicio de actividades y tampoco constituye otorgamiento de licencias, permisos o autorizaciones, por lo que se necesitan más pasos.
Un aspecto que aún no queda claro es que el litio en Puno está asociado a la presencia de uranio, tal como lo advirtió la ingeniera geoambiental Elizabeth Zamalloa, de la organización CooperAcción.
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