A la “Señora K” no le conviene el actual escenario político, por el contrario, dilata aún más su estancia en Chorrillos. Que le corten la cabeza a la reina. O, de repente, ella solo era un títere más. Los poderes ocultos se hacen evidentes.
Ana María Vidal Carrasco
Jaime Yoshiyama está prófugo de la justicia peruana y, mientras anda de tiendas en Estados Unidos, logra sacar al juez Concepción Carhuancho de su proceso. Los instrumentos que utilizó: una jueza amiga de Cesitar Hinostroza (sí, ese juez miserable preso en una cárcel española), y un juez que liberó a narcos con 7 toneladas de coca en las manos, que liberó a Félix Moreno y que revocó el impedimento de salida del mismo Yoshiyama. Los “Cuellos Blancos del Puerto” y Vladimiro brindan felices en el Callao. Todo sigue igual, piensan. El prófugo no solo apartó a Concepción Carhuancho de su caso, sino que al hacerlo también sacó del juego a los abogados involucrados en el caso “Cocteles” y, de carambola, también a la señora K. Varios estudios de abogados también brindan al saberse fuera del alcance de Concepción. Pero a la señora K esta movida no le conviene, por el contrario, dilata aún más su estancia en Chorrillos. Que le corten la cabeza a la reina. O de repente, ella solo era un títere más. Los poderes ocultos se hacen evidentes.
Estas fétidas jugadas nos muestran que aún no podemos cantar victoria. Nos recuerdan que no podemos esperar a que el Congreso haga algo porque está dominado por el Fujimorismo y los cuatro seguidores del solicitante de asilo, y son ellxs quienes quieren que nada cambie. Y aunque el #PactoDeImpunidad quedó calato y expuesto ante todo el Perú, y saben que están a punto de caer, van a morir matando. Por eso apuestan al blindaje, a los proyectos de ley mamarrachentos de los #ConMisHijosNoTeMetas y a cuanta argucia leguleya que encuentren en el camino.
Lo bonito es que hemos vuelto a salir a las calles, como aquel mismo 31 de diciembre en que salimos a luchar y a exigir respeto y justicia para nuestro país. Y ha sido raro ver por primera vez -después de tantos años- al Ejecutivo de nuestro lado. Ver a un presidente que se armó de valor y salió también caminando al Congreso a presentar una propuesta para no embarrarnos más. Sentimientos encontrados. A la par es doloroso ver como el desagüe de la corrupción nos estalló en la cara, cómo la porquería se expandió por las calles, y entró a las casas de los que menos tienen.
Los culpables de lo que está pasando en San Juan de Lurigancho son muchos. Empezando por Sedapal que no pudo prevenir esto a tiempo, porque si hubiese sido en San Isidro o Miraflores o La Molina seguramente lo hubiesen detectado a tiempo o, en el peor de los casos, lo hubiesen reparado en menos de 3 horas. El daño se ensaña con lxs más pobres. Pero también es la empresa constructora. Odebrecht regresa como en una historia macabra y perversa a enrostrarnos que no solo representa el robo y la coima descarada, sino que su presencia en el Perú se extenderá por demasiados años, que continuará drenando mierda y seguirá atentando contra la vida de miles de personas en el Perú. Y también son responsables quienes diseñaron este contrato putrefacto, quienes aprobaron el expediente técnico, quienes lo firmaron, y acá volvemos al solicitante fallido de asilo. Demuéstrenlo pues imbéciles. Lo demostraremos, porque no solo son tus fotos con la familia Odebrecht, no solo son las comilonas en Palacio con Barata y compañía, no solo es el dinero de las coimas recibidas haciendo la finta en conferencias truchas con el que compraste departamentos en Francia, casas inmensas en Miraflores y en Pulpos, viajes a Nueva York y Europa. Lo demostraremos porque, por sobre todo, no te podemos perdonar que pusiste como moneda de cambio de todas las coimas recibidas, la salud y la vida de miles de peruanas y peruanos. Nos canjeaste, trocaste la vida de niñas y niños, canjeaste el futuro del Perú. No te preocupes, te lo demostraremos.
Por eso están desesperados en el Congreso, resistiendo desde sus trincheras. La estrategia del ladrón: gritar que los otros son ladrones, que todos somos ladrones. Hoy empezaron, buscan silenciar su enorme responsabilidad de lo que está pasando en San Juan de Lurigancho, porque fue el gobierno aprista el que diseñó, aprobó y firmó el contrato con Odebrecht; y por eso ahora atacan a Vizcarra. Buscaban algún resquicio por dónde agarrarse y creen haberlo encontrado. No sorprenden, su estrategia se repite. Señor presidente, esperamos que la respuesta no sea la de siempre, que usted no transe por un poquito de impunidad, porque sabe, señor Martín, si transa, tarde o temprano se la van a cobrar. Usted sabe que no hay lonche gratis con esas mafias y, también sabe que no solo son los seguidores de la señora K y el partido de AG, también son todos esos gremios de empresarios que les dieron soporte a esos gobiernos mafiosos. No se hipoteque con ellxs, señor presidente. Juéguenos limpio a quienes apostamos por la defensa de nuestros derechos, por quienes queremos un país sin mafias y no vamos a permitir que nos vendan por un puñado de monedas.
PD. Escribo esta columna cuando Alberto Fujimori lleva más de 100 días en la clínica y sigue libre burlando una sentencia del Poder Judicial que declaró nulo su indulto; cuando no sabemos qué es de la vida de Chávarry, y cuando aún hay muchos temas pendientes en materia de derechos humanos. Por ello mi próxima columna vendrá con la agenda urgente en derechos humanos.
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