Por Sergio Mostajo Cuentas
En los actuales momentos, no hay discurso de políticos que omita la palabra corrupción. Todos la mencionan.
Para ponernos en contexto, traeré a colación el reciente proceso electoral, en que los candidatos a las gobernaturas regionales y municipalidades provinciales y distritales, la convirtieron en parte de sus slogan. Lemas que a la sazón rezaban, más o menos así: “Lucharé contra la corrupción”; “Basta de corrupción”; “Erradicaré la corrupción”; “Caiga quien caiga”.
Súbitamente, se convirtieron en una suerte de cirujanos anticorrupción, en una especie de “cazafantasmas”, y en parte de una legión que, teóricamente, luchaba por la decencia y la honradez.
Vimos a muchas autoridades con periodo vigente, tentar suerte en otro puesto. El solo hecho de dejar “botado” ese cargo – gobernador, alcalde, consejero, regidor – para irse a otro, fue inmoral.
Este debería ser un cambio fundamental en la legislación vigente, porque quien resulte elegido debe permanecer en el cargo, hasta el último día, última hora, último minuto o último segundo de gestión.
En esos días asistimos, también, a otro tipo de corrupción, aquel orquestado por quienes renunciaron o se alejaron con licencia; pero en la praxis, seguían al mando de una bien aceitada y afinada maquinaria integrada por “su” personal de confianza.
Fueron decenas de trabajadores y muchos funcionarios quienes, misteriosamente, decidieron salir de vacaciones alegando un derecho laboral.
Mencionaré el caso de la Municipalidad Provincial de Arequipa por ejemplo, donde 200 (aunque hay otra versión que habla de 300) trabajadores que salieron de vacaciones, justo en la recta final del proceso electoral que tuvo al exalcalde Alfredo Zegarra como protagonista, postulando al cargo de gobernador regional.
Raro y extraño, ¿no? Los vimos metidos de lleno en la campaña del señor, ¿estaban en su derecho? Sí, ¿era ilegal? No, pero fue inmoral y lindaba con la corrupción.
La corrupción no son solamente casos vinculados a Odebrecht, Lava Jato, Cuellos Blancos del Callao, hay muchos más, latentes, vivos, fuertes, en otros ámbitos y pasan desapercibidos; pero existen y de nosotros depende avistarlos, evidenciarlos y denunciarlos.
*Periodista
Comentario sobre post