Hace algunos años me encontraba visitando unos petroglifos en Galicia, España, cuando me llamaron la atención una serie de pequeños afloramientos pizarrosos, casi a ras del suelo, donde se apreciaban unas líneas realizadas por el hombre primitivo, pero que no configuraban ningún tipo de figura. Parecía una especie de antiguo alfabeto, pues las líneas se entrelazaban unas con otras. Quedé bastante perplejo con el descubrimiento, pues en los treinta años que llevo investigando el arte rupestre de esa región de la península Ibérica, nunca había visto nada igual. Años más tarde volví al lugar acompañado de dos amigas geólogas, para que hicieran una primera valoración sobre el terreno. Después de una detenida exploración, las expertas concluyeron que los grabados tenían miles de años de haber sido realizados, sobre todo por el aspecto de los surcos que conforman los extraños símbolos. Ambas geólogas expresaron su convencimiento de que las ‘marcas’ semejaban algún alfabeto o código escrito.
La historia no termina aquí, pues años más tarde visitando un conocido lugar megalítico del sur de Portugal, y muy cerca de la frontera con España y donde se encuentra la mayor concentración de megalitos de la península Ibérica, en un muro cercano donde se levanta el más alto megalito del mapa Ibérico con siete metros de altura, vi que algunas piedras del muro tenían grabados los mismos signos que había encontrado en Galicia, España.
Al tiempo fui invitado a presentar uno de mis libros en la isla de La Palma, perteneciente al archipiélago de las islas Canarias en pleno Océano Atlántico. Visitando un lugar arqueológico ubiqué decenas de rocas que tenían los mismos grabados que había ubicado en la península Ibérica y que probablemente habían sido hechos por el mismo pueblo, aunque la distancia los separara unos de otros por unos dos mil quinientos kilómetros. Desde esa fecha me he dedicado a la investigación sobre los grabados lineales o alfabéticos por varias partes del mundo, ubicando una veintena de sitios más en la península Ibérica, lo que me llevó a contactar con el eminente investigador, profesor Juan M. Muñoz Gambero de la Universidad de Málaga en España, el cual estudiaba también ese tipo de grabados que según él podía ser la escritura más antigua de la humanidad, con más de siete mil años de antigüedad.
Poco tiempo después viajé invitado por varios investigadores de la isla de Cerdeña en el Mediterráneo, ellos habían identificado en diversos lugares de la isla centenares de rocas con ese mismo tipo de grabados lineales. Intercambiando opiniones con los investigadores sardos, llegamos a la conclusión de que el pueblo que había hecho esos grabados lineales eran grandes navegantes en la prehistoria conociéndolos con el nombre del IMPERIO DE LOS PUEBLOS DEL MAR. Aprovechando varios viajes que hice al norte de África pude determinar que en las zonas desérticas del sur de Libia y Marruecos encontraría el mismo tipo de grabados de una probable escritura. Incluso en el sureste asiático, concretamente en Tailandia, ubiqué dos lugares con ese tipo de manifestaciones rupestres de probable uso alfabético.
En los últimos años mis investigaciones las extendí al continente americano, encontrándome con que el Museo Arqueológico de Anchorage, de la capital de Alaska, había ubicado en una región remota de ese país, gracias al aviso de un cazador, media docena de rocas a la orilla de un lago también grabadas con este tipo de manifestaciones arqueológicas, y que para llegar a dicho lugar los arqueólogos tuvieron que hacerlo usar un hidroavión. La investigación la amplié en una expedición que hice al suroeste de los Estados Unidos y donde igualmente ubicamos grabados con las mismas características. Un arqueólogo de la Universidad de Boston me mostró su intención de venir a conocer a España este tipo grabados lineales pues eran idénticos a los encontrados por él en varios estados norteamericanos. Posteriormente mis investigaciones las amplié hacia México, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay, entre otros lugares más, conformando así un mapa que mostraba que ese tipo de manifestaciones rupestres se habían extendido por LOS PUEBLOS DEL MAR a diversos continentes.
Mi primera sorpresa en Perú me la llevé en la provincia de Lima, concretamente en el lugar de Chepta, donde me encontré ese tipo de grabados lineales con pequeños huecos o cazoletas, las dos rocas donde se encontraban estos grabados están totalmente independientes y son idénticos a los que había ubicado en el desierto de Libia en el norte de África, en el mismo lugar se encontraban grabadas figuras hechas por grupos de indígenas con una cronología posterior y con una técnica distinta que la que conformaban esa especie de escritura. Después de haber publicado en mi perfil de Facebook fotos de estos grabados de posible uso alfabético, el 3 de febrero de 2015 el Diario La Nación de Lima, dio la noticia de que arqueólogos peruanos habían descubierto en Chepta la escritura más antigua del Perú con una cronología cercana a los 4.500 años, en donde también había grabados de figuras hechas por culturas con cronologías posteriores, según los estudios realizados por los profesionales de la Asociación Nacional de Arqueólogos de Perú.
Dos años después ubiqué, acompañado del conocido investigador del arte rupestre peruano Rainer Hosting, en la provincia de Chincha en la región de Huancor, ocho rocas más con los mismos grabados lineales con pequeños hoyos, muy parecidos a los de Chepta y probablemente realizados por una cultura desconocida que pobló la región hace milenios. Esto fue el principio para ubicar en varios lugares más de Perú grabados con estas características alfabetiformes, hasta ahora no interpretados.
Posteriormente vecinos del distrito de Chaclacayo, también en la provincia de Lima, me facilitaron algunas fotografías de grabados lineales encontrados sobre algunas lajas ubicadas en la parte alta de las montañas de esta región. En varias partes del Departamento de Arequipa también ubicamos tres lugares con grabados alfabetiformes o lineales. En el departamento de Ayacucho se ubicaron también algunas rocas con estas características. El investigador del arte rupestre peruano Rainer Hosting ubicó también una pequeña roca con grabados similares en el departamento de Cuzco y conociéndose la existencia de varias rocas más. Igualmente, durante mi visita a la ciudadela de Kuelap en Chachapoyas ubiqué, gracias a la lluvia, varias piedras situadas en las construcciones del poblado, grabados, igualmente lineales, pero a mi modo de ver con una cronología anterior a los constructores del extraordinario poblado de la Cultura Chachapoya.
Por último hace unos tres meses ubiqué en la provincia de Ambo, Departamento de Huánuco gracias a la invitación que me hizo la municipalidad de la ciudad capital, para conocer varios lugares arqueológicos de la región en compañía del gran investigador Baby Trujillo, descubridor de varios sitios arqueológicos, entre ellos una gran laja de piedra de unos seis metros cuadrados, toda ella grabada con signos lineales alfabetiformes en perfecto estado de conservación, situados en el lugar de Buenavista en un afloramiento rocoso situado a gran altura y con una gran perspectiva visual sobre el valle del río Huallaga y en un sitio casi inaccesible, solo por los pocos pobladores que viven la zona y donde nos costó bastante llegar por los huaycos que había debido a las extensas lluvias caídas en la región a finales del mes de febrero.
Estos grabados los tenemos en otras partes de la provincia de Ambo, como la caverna de Jatun Uchco, Campana Rumi, Centro Arqueológico de Coyllar, Centro Arqueológico de Tagta y en Margash. Curiosamente estos grabados están situados en lugares de mucha presencia ovni. Personas que viven cerca de estos lugares afirman ver luces brillantes y ruidos extraños muy cerca o por encima de donde están esos grabados lineales, también cerca de esos sitios hay presencia de minerales como oro y plata.
Es curioso que en algunos lugares del mundo donde me he encontrado con este tipo de signos alfabetiformes se observan regulares movimientos de ovnis, serían de ORIGEN EXTRATERRESTRE. Hace algo más de tres años, la oficina de Relaciones Públicas de la Nasa, publicó un libro realizado por quince investigadores de reconocidas instituciones y universidades internacionales, donde insinúan que algunas muestras de arte rupestre que se encuentran en varias partes del mundo, pudieran haber sido un sistema de comunicación de civilizaciones extraterrestres que visitaron nuestro planeta y el hombre de la época en que fueron realizados.
Hay la posibilidad también de que estas muestras arqueológicas milenarias procedieran de una civilización global que se extendió por varias partes de la tierra, dejando en esos grabados milenarios la huella de su paso ¿LOS ATLANTES, LOS PUEBLOS DEL MAR?
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