Aun con la indignación de los pobladores ante la ola de violencia hacia las mujeres, los puneños no tenemos interiorizada la realidad de la problemática que nos ha posicionado en el segundo lugar a nivel nacional en casos de feminicidio.
Américo Huanco
El 25 de noviembre de 1960, las hermanas Mirabal, activistas políticas dominicanas, fueron asesinadas por órdenes del dictador Rafael Leónidas. 21 años después, en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, decidieron nombrar a la fecha como “Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres”.
Hoy, a 38 años de la convención, las 14 familias puneñas -además de las 5 del año pasado- que han perdido a una fémina en su hogar durante el 2019, no han encontrado consuelo ni en el Estado, ni en su gobierno, ni en la ley, ni en la justicia.
EL PUNO MACHISTA
Aun con la indignación de los pobladores ante la ola de violencia –que cobró su última víctima hace unas semanas–, los puneños y puneñas no tendrían interiorizada la realidad de la problemática que ha posicionado a la región en el segundo lugar a nivel nacional en casos de feminicidio.
Precisamente, los representantes y especialistas involucrados coinciden en que, por más que las noticias aparezcan a diario, el efecto en la población sobre la violencia es mínimo, debido a la idiosincrasia local, en la que el empoderamiento de la mujer es poco visible.
Rosario Tinta, coordinadora de las Estrategias Comunitarias del MIMP, por ejemplo, sostiene que el poblador ha “naturalizado” la violencia, contribuyendo de esta manera a la ausencia de denuncias y, por ende, a la formación de un Puno machista.
MEDIDAS
En los últimos días, el Ministerio Público presentó el Protocolo para casos de feminicidio a nivel nacional en el Congreso Nacional de Fiscales. Puno es una de las nueve regiones que serán parte de dicha herramienta de apoyo a los fiscales penales, de familia, médicos legistas, personal administrativo, y de la Unidad de Asistencia a Víctimas y Testigos (Udavit), en la resolución de feminicidios.
Para Wilmer Cabezas, vocero de la Corte Superior de Justicia, tal implementación es un avance, pero la contundencia sería mínima debido a la frustrada Comisión de alto nivel que pretendía activar los dos Módulos de Justicia Integrados de la región. Propósito trunco debido a la disolución congresal.
Por su lado, las Estrategias Comunitarias del Centro de Emergencia Mujer (CEM), tratan de fortalecer las habilidades de las víctimas de violencia mediante agentes comunitarios, brindando captación, atención psicológica, fortalecimiento y determinación, a fin de poner un alto y denunciar los actos.
El coordinador del Programa de Prevención Estratégica del Delito (PPED), Richard Luque, a su vez, resaltó la incidencia en el seno del hogar, por lo que vienen trabajando con 55 menores con tendencia violenta que también son víctimas de la violencia dentro del hogar, quienes, por tal antecedente, podrían estar propensos a ser victimarios en un futuro.
LEY MUERTA
La reflexión de autoridades, representantes y población, contrasta con la apreciación de Margot Pinto, asesora legal del CEM, quien critica la Ley 30364, “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar”, ya que no respalda a las puneñas y puneños más vulnerables, pues no se adecuaría a la situación vivida en las zonas más alejadas del país.
Según dijo, esta ley “no basta”, y peor aún con un Congreso que nunca realizó las modificaciones respectivas en cuanto a la implementación y retroalimentación de la norma que, a su juicio, por más consternación que cause, “está muerta”.
ALGO +
La familia de Betty Candia (víctima de impunidad que, luego de 6 días de agonía, murió el 2015) vio impotente cómo la condena al feminicida Leonel Evangelista se redujo de 18 a 4 años, por anomalías en la tipificación del delito.
En caso de agresiones físicas o psicológicas, los especialistas recomiendan acudir al Centro de Emergencia Mujer o a las Comisarías de Familia Descentralizada más cercanas.
DATO
Hasta octubre, solo 9 casos de tentativa de feminicidio fueron reportados voluntariamente al CEM Puno. Actualmente, dicho centro viene atendiendo cerca de 300 casos acumulados solo en Juliaca; más del 50% aún no han sido resueltos.
EL PERFIL DEL AGRESOR
Según la psicóloga Fabricia Moscoso, el feminicida, en la mayoría de los casos, presenta cambios abruptos de personalidad, que pueden iniciar con pequeñas observaciones en la conducta de la pareja o sobresaltos por problemas de cualquier tipo dentro de la relación.
Dependiendo de su personalidad o de que la relación sea dentro o fuera del matrimonio, “en ciertos momentos él tratará de mostrar un comportamiento apacible o conciliador mediante recursos persuasivos, haciendo que la mujer, que ya ha sido víctima de ataques psicológicos o físicos, confíe en él y olvide las agresiones”.
“Este ‘ciclo de violencia’ puede no tener fin; sin embargo, es recomendable ponerle un alto mediante la fuerza de voluntad y anteponerse a la supuesta dependencia de la mujer al varón, buscando ayuda, antes de desencadenar en una víctima más de feminicidio”.
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