El fuego en Australia hasta la fecha dejo 10 personas muertas y devastó al menos tres millones de hectáreas desde septiembre, mientras que la región de Sídney luchaba el sábado contra unos incendios fuera de control.
Sídney, la ciudad más grande del estado y del país, con 5,2 millones de habitantes, está asfixiada por el humo de los incendios que arden al norte, al sur y al oeste.
Varias personalidades médicas advirtieron sobre un estado de “emergencia de salud pública” debido a los humos tóxicos en la ciudad.
Las condiciones alrededor de la ciudad han empeorado y son “catastróficas, lo que significa que cualquier fuego activo puede convertirse rápidamente en muy peligroso”, advirtió la primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian.
“No lograremos detener las llamas hasta que no haya lluvias”, avisó. Unos 3.000 bomberos luchan frente a un viento cambiante en “condiciones peligrosas, difíciles e inestables”, explicó.
Las temperaturas podrían subir hasta 47 °C en algunas partes del estado, y más de 460.000 hectáreas fueron arrasadas por las llamas al norte de Sídney. Estas se avivaron aún más el sábado, especialmente en la región de las Montañas Azules, al oeste de la ciudad, donde un número indeterminado de viviendas quedaron destruidas
Los habitantes de la pequeña ciudad de Bargo, a unos 100 kilómetros al sudeste, fueron evacuados ante el avance del fuego.
En el estado de Australia Meridional, alcanzado en los últimos días por la ola de calor, 1.500 bomberos combatieron las llamas, que destruyeron más de 40 mil hectáreas.
Los hospitales están desbordados por pacientes que se quejan de problemas respiratorios o de agotamiento ante las temperaturas calurosas.
Fuente: Andina
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