Por: Americo Huanco
Entrevista
Niños puneños participan de un campeonato deportivo en el estadio Enrique Torres Belón y en los graderíos, para la olimpista Wilma Arizapana, el inclemente sol andino no es un impedimento para platicar sobre su trayectoria atlética y negar una metamorfosis hacia la política, porque ella, que siempre le ha ganado al tiempo, quiere seguir practicando el fondismo.
Víctor Humareda, célebre pintor lampeño contaba que un día jugaba fulbito en el campo, y estando solo frente al arco, quedó tan cautivado por el atardecer puneño que decidió dejar el deporte y dedicarse a la pintura. ¿Qué inspiró a Wilma Arizapana a ser deportista?
Guao, en realidad, todo inició sin pensar. Mi papá siempre me inculcó el amor al deporte, recuerdo que salíamos a correr y entrenar vóley en el colegio; pero sin darme cuenta iba corriendo seis kilómetros diarios, salía a las cinco de la mañana, tempranito, y también regresaba rápido, corriendo.
Entonces, el correr siempre ha ido –literalmente– paralelo a sus actividades.
Sí, siempre corriendo, mi mamá me decía: ¿Por qué no caminas, por qué siempre estás corriendo? Es que nunca me ha gustado estar caminando o ir lento, era tan activa que me gustaba jugar con mis hermanos carreras, porotos, marcas (…) Lamentablemente ya no se practican estos juegos, todo es el celular. Los niños de ahora se aburren cuando cuento cómo jugábamos antes (risas).
Estima que la tecnología nos ha quitado ese amor al deporte tradicional.
Sí, tristemente no podemos aprovechar la tecnología, mientras que en el extranjero usan esa misma tecnología para beneficiarse, a nosotros solo nos perjudica.
Precisamente en la etapa del colegio obtuvo muchos logros ¿Cuál es el que más podría destacar?
Llegué hasta la nacional en los Juegos Interescolares, segundo lugar a nivel nacional el ’97; sin entrenador, sin tener un asesoramiento deportivo en Chupa. Es también la ventaja que tenía en el campo, me trasladaba de mi casa al colegio entrenando sin darme cuenta.
Mientras estudiaba en la UNAP llegó su primera hija, la mayoría de estudiantes al encontrarse en esa situación no tienen una visión, se encuentran en un dilema. En su caso, podría decirse que el deporte le ayudó a seguir adelante.
Sí, eso sí, yo opté por el deporte. Además, la decisión de estudiar enfermería fue más por la iniciativa de mis padres, de alguna manera no me gustaba mi carrera, yo quería ser policía, pero esa idea no les gustaba y por eso me desanimé. Quizá, por esa parte, nunca hubiera llegado a las olimpiadas.
Ello fue también gracias al apoyo de su pareja, su entrenador.
Él me animaba a seguir con el deporte, porque justamente llegaba un entrenador cubano y ambos entrenábamos juntos. Cuando nació mi bebé supimos apoyarnos, él salía a trabajar, yo la bañaba, la preparaba para la siesta y me iba a correr. Él también tiene sus logros, sus campeonatos mundiales.
Al ver que optó por el deporte ¿Qué le dijeron sus padres?
Bueno, ellos me decían “¡Qué estás haciendo!” (risas), creían que estando en el transcurso del embarazo y el parto podría enfermarme; querían que siendo mamá me dedique exclusivamente a mis hijas, a mi familia.
Pero, con la trayectoria y los logros ganados, sus padres cambiaron de parecer ¿O persiste ese pensamiento?
No, ha cambiado muchísimo, ahora lamentan que no pudieran haberme apoyado más. A veces los padres nos cerramos mucho, decimos “estudia”, no pensamos salir afuera (el extranjero). La vida deportiva siempre necesita el respaldo de la familia. El deporte también te da vías para poder salir al extranjero, buscar una beca; te abre muchas puertas, pero siempre se necesita un apoyo de tus padres.
¿Cuándo da inicio a su carrera profesional como deportista?
Como visión de llegar a los Juegos Olímpicos, desde el 2006, en la Clasificatoria Nacional para los Juegos Panamericanos de Río. Batí el record y me dije “Sí tengo talento”, no vi en mis hijos un obstáculo y al ver que ningún puneños había llegado a los Juegos Olímpicos, me di cuenta que daba para más.
¿Y le dio la preparación técnica que su objetivo merecía?
Le di más dedicación, más disciplina, más inversión de tiempo y también económicamente, porque el entrenamiento es muy exigente, pero me mentalicé en que yo podía representar a Perú olímpicamente, a pesar de no estudiar y me dijeran que no podría.
¿Justamente, sin alguna profesión, ¿Cuál fue su sustento durante esta etapa?
En esos tiempos, gracias a Dios, existían las carreras “Cristal Tours” que se organizaban una o dos veces al mes y te pagaban como 4 mil soles y yo acumulaba los puntos en cada departamento que se fomentara, iba a todos para ganar, para empezar a solventarme económicamente. Gané tres veces y, con ese ahorro, empecé a invertir en mi entrenamiento.
Durante esa etapa de entrenamiento duro, ¿Cuál fue el obstáculo más duro que le tocó pasar?
Son muchos obstáculos. Hay momentos en que, por la familia misma, uno quiere dedicarse a los hijos. Por ese lado, tenía el gran apoyo de mi suegra. Pero, por otro lado, de la Federación (Deportiva de Atletismo) nunca he tenido apoyo, ni tampoco de las autoridades, y también de las lesiones, que son como una piedra en el camino.
¿Hubo algún momento en que quiso arrojar la toalla?
Justamente cuando yo había invertido todo, y faltando dos semanas para la competencia en Rotterdam, en marzo de 2012. En el entrenamiento uno puede equivocarse, antes de viajar, yo me quedé entrenando sola y los tiempos que mi entrenador me dejó, los bajé; mi cuerpo exageró en el entrenamiento, sin darme cuenta me exigí más de lo que debía. Cuando llegué del entrenamiento mis defensas llegaron al suelo y caí enferma; porque no podía ni respirar, me enfermé de los bronquios.
¿Cómo reaccionó su entrenador al ver su estado?
Él no quería que viaje, pensó que no me importó la marca, que había tirado la toalla. “Así no te van a dejar competir allá” me dijo, no quería poner en riesgo mi salud.
¿Cuánto tiempo estuvo en esa condición?
No entrené durante una semana, quise volver a los entrenamientos una semana antes de viajar, pero volví a recaer.
Aun así, viajó para participar de la maratón.
Sí, fui. Pero será que recordé que siempre me recomendaban que el ajo era bueno para la tos y yo llevé ajo que comía durante el viaje en el avión (risas), porque no podía tomar ningún antibiótico por el antidoping. Y así llegué sana, gracias a una receta natural.
Y, sin la compañía de su entrenador, ¿Cómo fue su estadía en Holanda?
Allá tuve que hacer todo sola, pasé varias cosas, incluso cuando llegué los de la FPA se sorprendían y me decían: “¿Tú vas a competir? Si ni siquiera estás en el programa de maratonistas”. Pero yo, igual salía a entrenar temprano sola, ellos querían que viajara a entrenar a Huancayo, pero yo creo que los deportistas se hacen solos.
Huancayo es como una segunda sede del deporte a nivel nacional, ¿Cuánto le falta a Puno para llegar a ser una sede del deporte peruano?
En Huancayo son muy unidos, eso falta aquí en Puno, preocupantemente aquí no hay unión, cada quien trata de ir por su lado. Allá empezaron a promover el deporte, varios atletas que llegaron a ser autoridades. Ellos están en varios cargos a nivel nacional. Depende mucho de las autoridades.
Precisamente, ¿Cómo fue que decidió postular a regidora de Puno?
Yo tenía la premisa de hacer una política diferente. Me insistieron varias veces y a pesar de que siempre pensé en llegar a incursionar en la política para gestionar el deporte, yo me negué. Fue gracias a la motivación del alcalde de Chupa, quien era asesorado por Martín Ticona en su gestión, ya que hubo un reconocimiento por parte de la municipalidad por mis logros. Inicialmente fue por gratitud a ese reconocimiento y las ganas de luchar por el deporte
Hay varias personas que se aparecen para dar incentivos, reconocimiento y apoyo sólo cuando el deportista ya ha pasado las penurias.
Sí, los políticos tienen esa costumbre. A mí me indignó cuando Mauricio Rodríguez sentado en su despacho me dijo: “¿Por qué no te dedicas a otra cosa?”, no entiendo su idea al decirme que no debería dedicarme al correr. Yo lo confronté cuando me llamó para tratar de “solucionar” el impase, alcé mis cosas y me fui, luego me llamó por teléfono varias veces tratando de ofrecerme dinero, pero yo nunca cambié mi declaración pública.
Estamos a puertas de finalizar este primer año de gestión ¿Qué falta para que se pueda efectuar esa gestión por el deporte puneño entre las autoridades?
Falta decisión política por parte de Martín (Ticona), lamentablemente nuestro alcalde ignora el deporte. Deberían organizarse más competencias para todas las edades, incentivar económicamente a los jóvenes para que incursionen en este deporte. Porque sí se puede, logramos organizar el “Corre con nosotras” con premios de S/ 7000 de inversión privada.
Siente decepción de cómo se está llevando a cabo esta gestión.
En parte sí, parece que quien gobierna en Puno, son los funcionarios. Nosotros podemos presentar un sin fín de ordenanzas, pero las gerencias de la municipalidad que se cierran presupuestalmente, al final todo depende de la decisión política del alcalde. Me siento traicionada, siento que él vino a mí como oveja, pero estando en el gobierno mostró su verdadera cara.
Y ¿Cuál es el futuro del anhelado Centro de Alto Rendimiento de Puno?
La misma desunión y la falta de decisión hace que el proyecto se vea lejano. Los funcionarios no tienen sustento técnico para incentivar, apoyar y gestionar el Centro de Alto Rendimiento para Puno. El deportista necesita ganar algo para ser escuchado, y ahí recién poder gestionar algún proyecto que los beneficie. Yo he presentado proyectos para convenios similares al Programa de Maratonistas, para que la municipalidad brinde alimentos y el IPD (Instituto Peruano el Deporte) infraestructura, ellos negaron absurdamente el presupuesto. Lamentablemente el proyecto está trunco.
En ese caso, la municipalidad estaría obstaculizando la gestión por el deporte.
Es que pareciera que no saben dónde están parados, en una sesión de consejo yo cambié mi voto oficialista. A veces creo que esas piedras en el camino son porque se la agarraron conmigo y por eso no les dan viabilidad a mis proyectos. El deporte es básico, en otros países sin necesidad de competencias, salen a practicar el deporte masivamente a los parques. Sus gobiernos invierten en el deporte para contrarrestar las enfermedades y mejorar la alimentación.
De todos los sinsabores ¿Cuál es el más amargo que recuerda?
Cuando llegué a los juegos olímpicos, todos los dirigentes y sus deportistas se iban por su lado, yo me quedé apartada. En la misma competencia empezó a llover y todos los entrenadores traían ponchos para sus atletas, pero yo me quedaba al margen, a pesar de que yo también representaba a Perú.
Pareciera que los provincianos estamos destinados a vivir con eso.
Tiene que cambiar y nosotros tenemos que buscar ese cambio, si tenemos el poder para elegir a nuestros líderes, también podemos cambiarlos. Los jóvenes que vienen no tienen que pasar por lo que nosotros pasamos.
¿Qué debería aprender un político de un deportista?
El valor y la disciplina. En el sector público los trabajadores tienen la mentalidad de que no les alcanza el tiempo. Hay tiempo para todo, si nos pusiéramos a trabajar conscientemente y sin buscar un sueldo le ganaríamos al tiempo.
¿Qué le ha enseñado el deporte?
El deporte me lo ha dado todo. el deporte es lo más sano, también nos une como familia y además me ha dado esa visión de poder ver cómo es la realidad en otros países.
Mírese imaginariamente en un espejo. ¿Quién es Wilma Arizapana?
(Risas) Siempre hago eso, y digo: Eres una luchadora. Siempre he pensado con la mente positiva y la perseverancia debe surgir de uno mismo. Quien puede ganar soy yo y quien compite soy yo.
Citas:
“La vida deportiva siempre necesita el respaldo de la familia. El deporte también te da vías para poder salir al extranjero, buscar una beca. Te abre muchas puertas, pero siempre se necesita un apoyo de tus padres”
“A mí me indignó cuando Mauricio Rodríguez me dijo en su despacho: ¿Por qué no te dedicas a otra cosa? Yo lo confronté”
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