El analista Adolfo Iruri señaló que tras la deficiente reacción del Gobierno Regional de Puno (GRP) frente a la covid-19, “designan a (Manuel) Quispe Ramos en la gerencia general, como último boleto de salvataje en la lucha contra la pandemia y la gobernabilidad”.
Mencionó que por más buenas intenciones que tenga el gerente para cambiar el caos administrativo, “debe saber que la gestión pública está orientada por sistemas administrativos, existe una estructura funcional de gerencias de línea, subgerencias, jefes de oficina, directores de proyectos y sectores”.
Finalmente, indicó que en el GRP las consecuencias desastrosas, descuido e incapacidad en la protección de la salud y la vida, es imperdonable, así como la falta de un plan de reactivación laboral, al tiempo de señalar que la intención y acción del cambio se debe ver en pocos días.
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