Han transcurrido 200 años de la independencia nacional, dos centurias de vida republicana y aún persisten algunas prácticas coloniales que dejan entrever que poco o nada se ha avanzado en algunos aspectos. En materia de defensa del medioambiente, justicia distributiva y derechos humanos, aún hay deudas por saldar.
Cada aniversario patrio es motivo de alegría, y con mayor razón si se trata del bicentenario de nuestro amado Perú. Sin embargo, más allá de los actos festivos, esta fecha debe servirnos para reflexionar y replantearnos para construir un país mejor; unificado y acortando las fechas sociales.
Este bicentenario nos recuerda que hay un Perú profundo que aún clama justicia. cómo olvidar sucesos que marcaron nuestra historia como la gesta del 04 de noviembre en Juliaca, el “Aymarazo”, el “Azángarazo”, la muerte de estudiantes de la UNA Puno el 29 de mayo del 2003 y ni qué decir de la lucha por la defensa de los recursos naturales con saldos fatales.
Justicia
Una de los levantamientos sociales más significativos la protagonizaron hace 10 años pobladores afectados por la contaminación de la cuenca Ramis a través del “Azangarazo o Juliacazo”. Una década después, las seis personas que murieron en esta lucha no lograron reivindicar el clamor de su gente, y ni siquiera sus deudos alcanzaron justicia por su muerte.
Hechos como este nos recuerdan que llegar al bicentenario no significa hacer borrón y cuenta nueva, sino enmendar los errores y alcanzar ese tan preciado bien que es la justicia. Asimismo, es imperativo atender la agenda de las poblaciones donde predomina la pobreza y el olvido.
Nunca estará demás enfatizar en la necesidad de hacer llegar las utilidades de las grandes corporaciones en favor de las comunidades de donde extraen sus recursos y generan millonarias ganancias. En Puno, también urge hacerle frente a las actividades ilícitas causantes de flagelos sociales.
Lección aprendida
Para el jefe del módulo Defensorial de Puno, Jacinto Ticona Huamán, estos acontecimientos son una lección sobre las que debemos reflexionar, y en función a ello replantearnos qué país queremos. Considera necesario reparar a las víctimas y sancionar a los responsables.
El funcionario sostiene que más qué leyes, se necesita un cambio de actitud, que se enfoque a erradicar flagelos como la corrupción, se sea más dialogantes y se pueda reivindicar a lso sectores vulnerables.
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