Es una obligación moral, cívica y cultural de los peruanos, conocer la lucha y sacrificio de los Protomártires de la Independencia del Perú profundo. Los jóvenes especialmente, tienen el deber moral de mantener la memoria de quienes son ahora el ejemplo de libertad y dignidad.
El 30 de diciembre de 1738 en las cercanías de Azángaro se produjo una batalla decisiva, como resultado de varias horas de lucha sangrienta, las acciones favorecieron al ejército español. Cayó preso el cacique de Huatasani Andrés Ignacio Ccama Condori, quien fue conducido a la Plaza Mayor de Cusco, allí murió sentenciado a la pena de muerte. Fue ejecutado el 06 de enero de 1739.
Nicolás Sanka fue natural de Taraco y gran revolucionario quechua, quien se caracterizó por su fiereza y energía, fue un prócer tupacamarista que estuvo en la rebelión desde sus inicios, coordinando acciones con Andrés García Ingaricona y Juan Cahuapaza. El 31 de marzo de 1781 fue apresado por traición y después entregado al capitán virreinal Ramón Arias, quien lo hizo ejecutar los primeros días de abril de 1781 en Lampa.
Durante los años de 1782 a 1783, el líder de la comunidad campesina de Jorata (Huancané), Inti Condorena, acompañó a Pedro Vilcapaza Alarcón, durante la revolución dirigida por José Gabriel Túpac Amaru II contra de los abusos cometidos por autoridades españolas. Inti Condorena ordenó la muerte de cinco curas, que hacían exacciones y eran adúlteros. De allí el sobrenombre de “Mata curas” a los huancaneños. Inti Condorena murió ahorcado en la plaza de Azángaro como ocurrió también con Pedro Vilcapaza Alarcón.
El cacique huancaneño Lorenzo Huanca, que se unió igualmente a Pedro Vilcapaza y participó junto con hombres y mujeres aymaras para combatir en Azángaro y Asillo, al lado de valerosos líderes como Mariano Chancatuma e Isidro Quispe.
El líder cojateño Pedro Casilla, en la etapa de la revolución de Túpac Amaru II y Túpac Katari, participó activamente en ambas gestas libertarias enfrentando a las tropas españolas. Fue capturado y descuartizado cruelmente en la Plaza de San Antonio de Poto, hoy Ananea.
En la época de la República, no resuelto aún el problema del colonialismo, los huancaneños participaron en las tropas patrióticas de Agustín Gamarra contra la confederación peruano-boliviana, de igual forma en la Batalla de La Palma (Lima), junto a Ramón Castilla, en enero de 1855 ganando el título de “Glorioso Batallón Huancané”.
Juan Bustamente Dueñas, ofrendó su vida en la Rebelión de Huancané (1866-1868). Fue fundador de la Sociedad “Amiga de los indios”. Participó en el combate del 2 de mayo de 1866 y en los movimientos de masas campesinas en contra de los explotadores terratenientes, después de muchos combates fue ejecutado en la Plaza de Pusi, el 3 de enero de 1868.
En el año de 1915, se produce una rebelión de gran trascendencia del mayor Teodomiro Gutiérrez Cuevas, quien con el seudónimo de Rumimaqui, lideró el ataque contra los hacendados de esta parte del Altiplano. Los pobladores de Huancané nuevamente hicieron sentir su fuerza indomable y aguerrida, haciendo gala al apodo de huancaneño rebelde.
LOS HUANCANEÑOS EN LA DEFENSA DE LA PATRIA EN LA GUERRA CON CHILE
Algunos mestizos, pero muchos jóvenes aymaras y quechuas de la provincia de Huancané participaron en la defensa de la patria en la Guerra con Chile (1879-1883). Por obligación, las familias dueñas de haciendas tenían que contribuir con donaciones de víveres, animales, vestuarios y otros materiales necesarios en una situación de conflicto armado. Era forzoso, nadie podía negarse, sino el subprefecto intervenía y podía quitar todo lo que quisiera.
Mención especial merece también las mujeres huancaneñas que tuvieron un gran aporte durante y después de la nefasta Guerra con Chile que más bien fue la guerra con Inglaterra, confeccionando los uniformes para el “Glorioso Batallón Huancané”, hicieron el rol de enfermeras, también cumplieron el rol de esposas y auxiliares de guerra.
El contingente de vilquechiqueños engrosó las filas del “Glorioso Batallón Huancané”, al mando del coronel Félix Olazával Romero, de Antonio Riveros, así como con la colaboración de Ignacio Ruedas Cordero y Marcelino Ochoa, notables vecinos de Vilquechico, de Moho José Luis Gálvez, Andrés Talavera, entre otros, asistieron en calidad de reservistas, pero llegaron a Lima con mucha dificultad porque no había carreteras, todo era vía marítima. Tenían que llevar sus armas, municiones, uniformes y alimentos.
El soldado Sebastián Ajahuana Ccama natural de Cojata, participó en las batallas de San Francisco y Tarapacá, siendo herido de un balazo en una pierna y estando convaleciente también participó en la defensa del puerto de Arica frente el bombardeo por parte de la flota chilena el 15 de enero de 1880. Ante la agravación de sus heridas es dado de baja y regresa a su terruño.
Anselmo Morales natural de Inchupalla, participó en la batalla de Tacna. Lamentablemente, no volvió a su terruño, se presume que sus huesos aún blanquean en los arenales del campo de batalla del Alto de la Alianza, lugar en el que pelearon los soldados que se unieron al Batallón de Bolivia comandado por Hilarión Daza.
El coronel Mariano Perea natural de Huancané participó en la defensa de la patria en la Guerra del 79 al lado del general Andrés Avelino Cáceres, el “Brujo de los Andes”, que se rodeó de gente que lo apoyó en la Campaña de la Breña. Al llegar a la presidencia constitucional del Perú nombró ministros y autoridades de los departamentos a los gamonales y dueños de haciendas. Debido a sus méritos, llamó al coronel Mariano Perea para que desempeñe cargos importantes en diferentes Ministerios, luego vuelve a Huancané para llevar una vida pacífica y tranquila, muere dejando anécdotas dignas de recordar y escribir.
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