Arte poética de Jovín Valdez Peñaranda*



Escribe: Fernando Chuquipiunta Machaca | Cultural - 31 Jan 2010

Leída con entusiasmo y devoción por todas las generaciones de escritores puneños, las rimas glosadas de Jovín Valdez Peñaranda es objeto de frecuentes homenajes y reconocimientos que suelen abarcar su también encomiable obra poética. El más reciente de estos homenajes es Vida y Poesía de Jovin Valdez (Arco-Iris, 2008), libro en el que el crítico y licenciado en Filosofía y Literatura de la Universidad Nacional del Altiplano, Luís Alberto Rodrigo Castro ha reunido una amplia antología de la obra valdeziana, incluyendo completos los principales poemarios y los comentarios que sobre exploran las persistencias de ciertos comportamientos, actitudes, palabras y silencios.

Esta antología se inicia con varios análisis literarios de sus libros que muestran una gran influencia de la poesía social, tanto por los temas como por el rigor formal. A esos elementos pronto se sumarían: los aportes de los intelectuales puneños —especialmente los caligramas de Carlos Augusto Oquendo de Amat y la búsqueda de lo trascendental de Carlos Dante Nava Silva— y una lectura muy fructífera del neo-vanguardismo. Fueron apareciendo así, deslumbrantes textos, formalmente y con una gran densidad de contenidos, Visión en la Noche (1994), El anuncio de los Búhos (2002), entre otros libros.

En esta primera etapa destaca nítidamente Sólo los Rastros (1997), conjunto de poemas que obtuvo el plausible elogio de la crítica especializada y que es considerado uno de los libros claves de la poesía puneña del siglo XX, no obstante, dilucidó un nuevo estilo de belleza audaz y renovadora en este mundo adverso. La alta calidad literaria del poemario le valió a Jovín Valdez Peñaranda obtener el Primer Puesto de los Juegos Florales en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa en 1977. A los 25 años de edad, ya era el más destacado representante de una generación poética, la del post-modernismo, de la que formaban parte nada menos que José Manrique, Francisco Pacoricona Villasante, Jorge Florez-Áybar, Alberto Valcárcel Acuña y Serapio Salinas; y a la que después se unirían, entre otros, Boris Espezúa Salmón, Pacha Jatha Willka, Vladimir Herrera, Lolo Palza Valdivia y Alfredo Herrera Flores.

Sin duda alguna Jovin Valdez Peñaranda es considerado el más importante poeta puneño vivo y además ha escrito ensayos sobre temas literarios, artísticos y culturales en toda su dimensión. Sin embargo; se creía saber que había abandonado definitivamente la literatura, pero comenzó a dar a conocer, a través de revistas, una serie de textos en los que sus poemas se mostraban radicalmente diferentes, sin perder la calidad, acercándose más a lo coloquial y prosaico. Esos hermosos versos después pasarían a integrarse al libro: Mansión del Habitante (1998), y llegando hasta su libro más reciente, Poesías Escogidas (2006).

Completan el libro con un amaneramiento, y una detallada cronología de la vida del autor, en la que se precisa la información acerca de sus numerosas contribuciones intelectuales realizadas tanto en Moquegua y en Puno como en Arequipa. También se circunscriben apreciaciones de sus obras poéticas que nos permiten comprobar los estrechos vínculos entre las diversas facetas creativas de Jovín Valdez Peñaranda.

Si en síntesis, se tratará, con sus más de 210 páginas, Vida y Poesía de Jovin Valdez —libro editado por el catedrático Luís Alberto Rodrigo Castro— es una excelente oportunidad para aproximarnos al valioso universo sideral y artístico de Jovín Valdez Peñaranda, creador total.

(*) El poeta Jovín Valdez Peñaranda también es magistrado de la Corte Superior de Justicia de Puno, y sentenció insanamente al director del diario Los Andes, a un año de penal privativa de libertad con carácter de suspendida. La querella fue seguida por el gerente del diario Correo.



1 comentarios

  • carmelo garcia calizaya Sunday 31 de January del 2010 a las 10:01

    yo he sido compañero de Luis Rogrido Castro en la Facultad de Educaciòn, tambièn alumno de Jovin Valdez en la Facultad de Derecho, y como abogado tambièn he tenido procesos en el Despacho de Jovin Valdez.
    Como docente y decano de la Faultad de Derecho nunca supo mejorar la enseñanza y la calidad acadèmica, la puntualidad d e los docentes, como profesor de Derecho Laboral Colectivo, simplemente en todo el año se ha dedicado a repitir el libro de un solo autor, sobre sindicatos con sus matices obsoletos cuando sindicatos ya habian perdido presencia.
    Su ideologìa es contradictoria lo que dice en sus dictados de clases no se condice con el comportamiento que desempeña frente a la sociedad.
    Como Magistrado, es el màs descuidado y pèsimo,te saca una sentencia de 10 paginas, pero en si el fundamento ni siquiera es de una pagina completa; y esto hay chicas y jovenes practicantes que le ayudan en su espacho, quien sabe si el elabora las sentencias o si lo hacen,
    a un caso de querella en su despacho nunca supo aplicar el derecho,

    En lo que respecta a sus trabajos literarios es pura finta, repito su comportamiento y sobriedad como docentey magistrado, no se condice con lo expresa el fondo de su expresiòn literaria,
    sin embargo, en cuanto a la estètica su trabajo es rescatable.
    Claro, ahora en el ultimo concurso literario de lampa obtuvo una menciòn honrosa; mejor se dedique a escribir y publicar sus trabajos lietarios en una editorial de lujo con el sueldo que gana como magistrado, y deje a la magistrado por que hace daño su presencia a la justcia.

    Señor autor de este artìculo la persona de Luis Rodrigo Castro no es licenciado en Filosofía y Literatura de la Universidad Nacional del Altiplano, sino licenciado en educaciòn


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