Movimiento estudiantil: algunas claves para su entendimiento



Escribe: Luis F. Vilcatoma Salas | Educación - 30 Jan 2011

Una evaluación significativa de la crisis por la que atraviesa el movimiento estudiantil de la universidad peruana, como parte de la crisis general por la que atraviesa la institución universitaria, obliga a tener en cuenta, en esta evaluación, diferentes factores que inciden en su comportamiento, como los siguientes: el contexto en el que se desarrolla y declina el movimiento estudiantil, los sujetos de la política que lo animan; el programa de lucha y la organización del movimiento, dentro de otros factores que, indudablemente, podrían ser tomados en cuenta.

En cuanto al contexto económico, sociocultural y político, no se puede desconocer que éste ha variado señaladamente desde los años 70 y 80 del siglo anterior a la fecha. De un contexto caracterizado por un mayor poder del Estado para su intervención en la economía nacional (“Estado de bienestar”), un mayor interés y preocupación por la lógica interna de las relaciones económicas de producción, una mayor homogeneidad de los actores sociales en su versión clásica (clase obrera, campesinado, burguesía nacional, clase media), un mayor sentido identitario en la autoasunción de los sujetos de la política y sus prácticas de inter-reconocimiento, y una política centrada en el “bien interno” ético que la caracteriza como el servicio a favor de los demás; se ha pasado, en el transcurso de los años 80 y principalmente en los años 90 de aquel siglo, a un contexto más bien de enflaquecimiento del Estado en su rol económico bajo el paradigma del modelo neoliberal, en el marco de una globalización que articula asimétricamente al mundo; a una declarada y clamorosa extraversión de la economía peruana cuyos resortes de crecimiento no se hallan en el país sino en determinados núcleos económicos y financieros del exterior, a una diversificación y heterogeneidad de los actores sociales cada uno con sus propias constelaciones discursivas y axiológicas, y a una política que gira, más bien, en torno a los intereses perversos de los individuos que no tienen el más mínimo reparo en utilizar a los demás y al país entero en beneficio de sus propios cálculos egoístas.

Al cambiar radicalmente el contexto, como es lo visto en rápido brochazo, es inevitable que cambien las condiciones de desenvolvimiento y vigencia de los actores sociales que caracterizan a los movimientos sociales, dentro de ellos al movimiento estudiantil universitario. Un cambio que desgraciadamente no es percibido por la mente y el espíritu encallecido de algunos autoimpuestos liderazgos de segundo orden en las filas estudiantiles, que con la ideología de “Pedro picapiedras” siguen percibiendo a la universidad como una universidad anquilosada en los años 70: con los mismos intereses corporativos de controlarla en atención del interés sectario de algunos cuantos obtusos “jefes” del “movimiento”, como una universidad de confrontación clasista y resolución a la manera de una “correa de transmisión” de la ideología arcaica de un supuesto partido hacia las “masas” estudiantiles ignaras, y como una universidad que reflejaría mecánicamente, en el colmo de la necedad, un cuadro de sociedad feudal, semifeudal y de imperialismo duro de la Segunda Revolución Industrial.

Los actores sociales tampoco han quedado impávidos en esta ola de transformaciones que derrumban cualquier corsé inmovilista. De actores predefinidos y fuertemente identitarios, hemos transcurrido hacia una gama magmática de actores diversos sin centralidades estructurales, donde asoman y se perfilan diferentes franjas y categorías sociales, movimientos y praxis desconocidas en épocas anteriores, con gravitación importante en la definición de la política tanto en las esferas micro o macro de la vida social. Siendo así que el discurso tradicional y sus consignas de batalla ya no pegan en el interés y la voluntad de estos nuevos sujetos sociales, como en la universidad cada vez más socialmente popular pero también cada vez más diferenciada y fragmentada socioculturalmente.

¿Cómo entonces construir liderazgos y legitimidades con un tejido social tan magmático y vaporoso como el indicado? La idea es apelar creativamente a nuevas estrategias, mecanismos y espacios, pero sobre todo a un nuevo discurso y un nuevo estilo caracterizado por la participación, la democracia real y la representación efectiva de los representados. Al detritus dogmático y autoritario que todavía supervive, frente a esto nuevo y ante la ausencia de entendederas sensibles a los bocinazos de la realidad, sólo le queda apelar al autoritarismo maniqueo, la descalificación de las personas como sustituto de la ausencia de ideas y a la simple agresión verbal y física; y si se mantiene, no es tanto por lo bueno de su manera de actuar sino por la atomización del tejido social universitario.

La crisis global de las denominadas “metanarraciones”, luego de la caída del “socialismo real”, ha inducido la crisis de los sueños transformadores de los colectivos sociales que ahora más que anhelar, pensar y bregar por las grandes transformaciones, se sienten impulsados a batallar en y por el día a día de una existencia cosificada, materialista y cortoplacista. Se podría decir que, desde este punto de vista, las predicciones de Francis Fukuyama sobre el “fin de la historia” se estarían cumpliendo con gran desesperanza en el terreno duro de los hechos económico-sociales.

No se puede, siendo así, persistir estúpidamente, como lo hace el ideologismo mecanicista y corporativo de ciertos liderazgos estudiantiles universitarios, en un programa pasadista de universidad anclada en la reforma universitaria del grito de Córdoba sin actualizar todos y cada uno de los aspectos de su programa reformista como, verbigracia, en los temas de la autonomía universitaria, la cátedra libre, la asistencia libre a clases, la cátedra paralela y el cogobierno, que respondieron a una universidad de corte científico positivista para un contexto de Segunda Revolución Industrial, en un ambiente sociopolítico aún tradicional (oligárquico en nuestro caso); no quedando más que rediscutir emergente e inteligentemente las posibilidades transformativas de los actores sociales universitarios y, en relación con ello, una nueva intelección argumentativa que permita mirar el futuro con entusiasmo y grandes esperanzas. ¿Podrá hacer esto la fauna de liderazgos “picapedreros”? La respuesta, de mi parte y salvo mejor parecer como dicen los abogados, es una sonora carcajada.

Últimamente está el tema de la organización. Las modificaciones arriba merituadas permiten barruntar que en materia de una nueva organización adaptada a las nuevas circunstancias, estamos en paños menores. Sin ir muy lejos los hechos se han encargado de poner en tela de juicio el famoso “centralismo democrático”, la estructura piramidal y vertical de la organización estudiantil, la designación de las principales responsabilidades vía elección democrática de los asociados, el asambleísmo y la descentralización de las responsabilidades. Para muestra un botón: las elecciones “democráticas” se han convertido en el mejor de los casos en la formalización, a través de procedimientos burdos y declaradamente antidemocráticos, de la imposición de dirigentes digitados por las burocracias gremiales, y en el peor de los casos, como ha sucedido en varias universidades, en el más prosaico e indecente fraude electoral.

El movimiento estudiantil o, más apropiadamente, los movimientos estudiantiles necesitan pues, para ser verdaderos movimientos estudiantiles y no simples remedos sociales, superar con honestidad y aceleradamente las deficiencias y carencias anotadas.



1 comentarios

  • BRUNO QUISPE Sunday 30 de January del 2011 a las 16:28

    SIN EMBARGO, A PESAR, DE LA APARENTE PROPUESTA DE RENOVACIÓN IDEOLÓGICA A ESTE CONTEXTO, EL SEÑOR VILCATOMA NO DEJA DE EVIDENCIAR SUS IDEAS PASADISTAS Y TRASNOCHADAS. EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ESTÁ MÁS FUERTE QUE NUNCA, CLARO PIENSA DIFERENTE Y ACTÚA DIFERENTE, PERO COMO PATRIA ROJA NO TIENE REPRESENTACION ESTUDIANTIL, ENTONCES NO LE QUEDA A ESTE SEÑOR SINO HACER CRÍTICAS DESDE SU PUESTO DE VIGILANCIA. YA QUISISERA ESTE SEÑOR QUE LOS ESTUDIANTES EMPUÑARAN EL MARXISMO LENINISMO MAOISMO... PERO POR FAVOR ESAS SON IDEAS RETRÓGRADAS... COMO LOS ESTUDIANTES HAN SUPERADO ESE PRIMITIVISMO DEL CUAL AÚN NO SE DESLIGA EL SR. VILCATOMA, ENTONCES´SÓLO LE QUEDA CRITICAR POR SUS FRACASOS COMO CANDIDATO, PROFESIONAL Y VIDA MARITAL.


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