Friday 26.04.2024 | Actualizado 11:08 (hace 1992 días)
Las naciones se construyen sobre las base de árboles de decisiones de sus gobernantes que son elegidos y eventualmente fiscalizados por los ciudadanos. Decisiones inteligentes requieren de una ciudadanía informada y competente, capaz de entender los temas polémicos, evaluar alternativas y tomar decisiones sabiendo que afectarán sus vidas.
Estas decisiones que hay que tomar cotidianamente son de naturaleza muy diversa y siempre abren más de una opción. Veamos algunas. En asuntos de alimentación, decidir consumir (o no) azúcar, sal, carnes rojas, leche, transgénicos, huevos, gaseosas, etc. En asuntos tecnológicos: usar celulares, permitir antenas, etc. En asuntos de salud, la opción entre cesárea y parto vaginal, usar la píldora del día siguiente, dar ritalín a los hijos, legalizar el consumo de marihuana, aceptar la quimioterapia, etc. En asuntos de la educación de los hijos qué colegio escoger, si aceptar las recomendaciones de terapias, etc. En temas vocacionales, qué carrera escoger y en qué universidad; qué tipo de empleo; quedarse o renunciar. En asuntos políticos, por qué candidato votar para autoridades locales, nacionales o congresales, etc. En asuntos económicos, aceptar inversiones mineras, usar tarjetas de crédito, adónde colocar los ahorros, etc.
Todo ello requiere que la persona esté formada para que frente a un tema relevante aunque complejo sea capaz de investigar, informarse, ver las posiciones en conflicto y alternativas de acción, para luego tomar una decisión personal a consciencia y sostenerla en público. La pregunta es en qué momento de su vida aprenden los peruanos a hacer eso, cuando la mayor parte de la educación escolar y universitaria es opuesta al desarrollo de estas capacidades. Una educación que se basa en una sola versión de las cosas (la que tiene el profesor o el libro), del texto único, de la reproducción del conocimiento de otros, de marcar la respuesta correcta en el examen (una y solo una); del no-debate, etc. En suma, una educación de borregos, de no-pensar y limitarse a reproducir lo que dice el profesor o el libro de consulta. En otras palabras, una educación que bloquea la formación ciudadana desde la infancia.
Si es así, ¿en virtud de qué tendremos ciudadanos capaces de tomar decisiones calificadas para la buena marcha de la vida de nuestra nación?
¿Está usted de acuerdo con el proyecto de remodelación de la Plaza de Armas de Puno?