GEDEÓN, MOISÉS Y EL NACIONALISMO



Escribe: Alexis Nabor Céspedes Quispe | Nacional - 13 Nov 2011

“No hay manos puras, no hay inocentes, no hay espectadores, todos nos ensuciamos las manos en los pantanos de nuestros suelo y el vacío tremendo de nuestros cerebros. Todo espectador es un cobarde o un traidor”.
FRANTZ FANON.

Con el nacionalismo, sus aliados y la corrupción, ocurre lo que ocurrió con Gedeón, Moisés y los hebreos.

Gedeón, el quinto de los jueces, había recibido de Jehová el mandato de exterminar a los millares y millares de madianitas, amalecitas y otros enemigos que cercaban, maltrataban, explotaban y masacraban a los hebreos, habiendo formado éstos alrededor de la ciudad de Gaza un campamento que parecía una invasión de langostas. (Libro de los jueces VI, VII y VIII).

Gedeón reunió treinta y dos mil hombres, estaba a punto de emprender el ataque liberador, cuando Jehová le dijo: “son muchos tus soldados; luego se ufanarán de haber salvado a Gaza por propio mérito; hazles saber que pueden volver a sus hogares los que tengan temor de pelear”.

Se marcharon veintidós dos mil. Pero Jehová insistió: “diez mil todavía son muchos y dirán ‘mi mano me ha salvado’, de modo que los llevarás al arroyo a beber y ahí te fijaras en quiénes doblan la rodilla o se echan; escogerás para que te acompañen sólo a quienes beban erguidos”.

Gedeón obedeció y descubrió que únicamente trescientos no entraban en genuflexión ni estaban dispuestos a echarse. Pues bien, con ese minúsculo uno por ciento ganó la guerra.

El antiguo testamento de la Biblia ofrece más de un ejemplo como este, en el que “no todos los llamados responden” (Isaías LXV, 12), ni todos los que comienzan el éxodo hacia la justicia social y la libertad son leales hasta el fin”.

Inclusive (siempre según la biblia), hay felones y timoratos como aquellos diez hombres de un grupo de doce que envió moisés a reconocer la tierra de Canaán. Al volver, sólo dos dijeron: “vamos y tomemos la tierra y trabajémosla, porque más podrá nuestro pueblo que los enemigos”. Los otros diez trataron de atemorizar al líder Moisés, soplándose al oído: “no podremos, los enemigos son más fuertes, son grandes como gigantes, y numerosos como langostas; la tierra nos tragará”. (Libro de los números, XIII).

Los dos leales porfiaron en minoría: “no retrocedamos, esta es la tierra prometida que fluye leche y miel; con Jehová venceremos, pero la conspiración hábilmente manejada por capituleros, medrosos y medradores, traidores cínicos, ‘lluncus’, hipócritas, vanidosos impostores, estuvieron a punto de apedrear a Moisés y sus leales, y si no es porque Jehová en persona se interpuso, los hubieran muerto”. (Números, XIV).

Estos y otros relatos de diversos libros, que nos ha legado la sabiduría de antiguas edades son figura y premonición milenaria de lo que a algunos nacionalismos que buscan la justicia, el desarrollo y la inclusión social, les ha sucedido. A todos ellos les ocurre lo mismo con los miméticos y lambiscones corruptos que circundan a todo el que gobierna, los que abundan hasta en las zonas desérticas y pueden sobrevivir a toda inclemencia.

Por este caparazón resistente y acomodaticio fue que Jehová dispuso que los enemigos de la liberación no entrasen en la tierra prometida, aunque para ello el pueblo tuviese que padecer cuarenta años en el desierto hasta que desapareciese el último contrario a las aspiraciones sociales. Sólo sus hijos y nietos alcanzaron los beneficios de la ubérrima tierra de promisión.

Moraleja: el hecho de que muchos partan “con” el nacionalismo no significa que todas partan “al” nacionalismo. Se incorporan, por si pueden salvar privilegios, poniéndose bajo alguna sombra protectora. Luego, se van quedando en el camino, más o menos pronto, más o menos tarde y, cuando no, complotan y traicionan.

Ilustrando el estado de crispación por el que atraviesa el país, la biblia periodística de la derecha peruana, “el comercio” y sus acólitos (los pasquines que se editan en lima y Arequipa), hacen coro tratando de destruir a Omar Chehade, y con mucha audacia y sagacidad tratan de salpicar con este escándalo al Presidente Ollanta Humala. Acostumbrados a la vieja práctica de la adulación cortesana, estos escribas que sirvieron de alcahuetes a la podredumbre corrupta del pasado régimen en contubernio con el aprofujimorismo en el congreso, ahora pretenden debilitar la envestidura presidencial para luego demandar su vacancia.

Sólo vislumbremos, en la lontananza nacionalista, la lucecita (para ellos, nubarrón) de justicieras leyes a favor del pueblo en estos cien días de gobierno: a) la ley de consulta previa, que se elabora con los demás pueblos originarios; b) la negociación concertada, que llevó a la Sociedad Nacional de minería a aceptar en acta suscrita pagar tres millones de soles anuales; c) la creación del ministerio de Desarrollo e inclusión social; d) apoyar los temas laborales y programas sociales (cuna más, pensión 65, fin al abuso de contratas, abaratar el gas, recuperación del lote 88 de Camisea para uso nacional; y e) ley de seguridad, de trabajo y salud.

Todo esto bastó para que algunos fingidos nacionalistas e izquierdistas que estaban “echados” se arrodillaran, y para que otros que estaban de rodillas se alzaran embravecidos de despecho y gritaran: “al ladrón, al ladrón”, mientras que otros, utilizando la frase del poeta Leopardi, dijeran: “tuércele el cuello al bello cisne y de hermoso plumaje, por mal consejero”. ¡No! Los filisteos y fariseos infiltrados y disfrazados de nacionalistas y de izquierdistas, que repudian el nacionalismo, ¡no pasarán!
La actitud del señor presidente no ha podido ser más correcta y aleccionadora al decir que apoyaba la investigación sobre el caso del vicepresidente y congresista Omar Chehade, manifestando que es la fiscalía la que debe ocuparse del tema y que no se blindará a nadie.

Aunque, la verdad, todavía no están todos los que son ni son todos los que están.

Juliaca, 10 de Noviembre del 2011.



2 comentarios

  • victor Monday 14 de November del 2011 a las 07:37

    Estos fundamentalistas son retrazados mentales.

  • Juan Quispe Sunday 13 de November del 2011 a las 18:48

    Este es ejemplo de como buenas ideas pueden nublarse con citas biblicas


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