Los Andes

El proceso de reactivación de Petroperú revive el debate sobre el rol empresarial del Estado, y está permitiendo observar, con objetividad, los resultados de las políticas extremas: del predominio absoluto de la inversión privada sobre lo público o viceversa.

Petroperú, en su reciente contacto con empresarios de España y asistir al foro de Davos, considera, según su presidente Humberto Campodónico, que la empresa pública busca un espacio en el centro, un justo medio, siguiendo las experiencias de varios países de América Latina, donde Petrobras, Petroecuador, Pedevesa, la colombiana Ecopetrol, el holding Enap y Codelco de Chile, donde la empresa estatal es muy grande e intensa, en comparación a la peruana que está en abocada a recuperar el tiempo perdido.

La petrolera peruana, nació en 1969), con la fusión de la Empresa Petrolera Fiscal y la International Petroleum Company, y tenía operaciones en toda la cadena productiva, incluyendo el Oleoducto Nor Peruano. Después de quince años, empieza a fortalecerse y modernizarse para dar paso a la promoción de la petroquímica, llevando adelante la modernización de la refinería de Talara y a participar en el Proyecto de Construcción del Gasoducto Andino, entre otros encargos sustanciales.

La dinámica de esta empresa involucra concesiones y financiamiento externo, presencia de empresas públicas o privadas con gran prestigio y una mínima participación del Estado, que libera del riesgo. Para ello, anuncia su retorno al upstream o acceso a la exploración y explotación, capacidad que le permitirá empezar a revertir al Estado aquellos lotes petroleros cuyos contratos están por culminar y renegociar nuevas condiciones.

Esta figura primará, por ejemplo, en el proyecto de GNL para el sur del país, con Repsol, que según un acuerdo de intenciones implica evaluar el oleoducto virtual desde Pampa Melchorita a las principales ciudades del sur de país.

El gasoducto andino del sur, que es un sistema de transporte de hidrocarburos, cuya concesión la tiene KUNTUR, llevará el recurso desde la zona de Camisea (Lotes 56, 58 y 88) al sur del país. Este proyecto estará ligado a la carretera interoceánica que integrará con el oeste del Brasil, Bolivia y el norte de Chile.

Además esta inversión tiene el aval de la Corporación Andina de Fomento - CAF, entidad de la cual el Perú es socio fundador y es una multilateral más identificada que otras, porque cuenta como socios a los países andinos, a América Latina y España. La CAF, en convenio con Petroperú, se encargará de la diligencia debida en materia de estudios técnicos, financiamiento y de ingeniería. Además el Ministerio de Economía del Perú y la COFIDE contribuirán a determinar la forma como participa el Estado.

A manera de conclusión. Las voces de alarma contra la reactivación de las empresas estatales eficientes, no resta espacio a la inversión privada. Todo contrario. El caso que comentamos es una iniciativa que revela que los extremos pasan por una revisión física sino en la concepción ideológica de hacer empresa con gestión transparente, mayores alcances sociales y desarrollo sostenible para proteger los escasos recursos no renovables del planeta.