Los Andes

Con la proliferación de establecimientos de salud de inversión privada, el auge desmesurado de deficientes prácticas médicas parece tocar techo, porque estos establecimientos médicos al parecer operan con total impunidad e inclusive atentando contra la salud pública, porque en menos de una semana en la ciudad de Juliaca se denunciaron dos prácticas médicas negligentes en una sola clínica de esa localidad, pero obra una innumerable cantidad de pacientes que no denuncian por temor a posibles represalias o porque apelan a la sanción de Dios contra los galenos infractores del principio ético hipocrático al cual juraron. Pero como todo tiene un principio y un fin, los casos más escandalosos son puestos en conocimiento de la prensa para que las autoridades jurisdiccionales operativicen las investigaciones que el caso requiera y se encamine la formalización de la denuncia.

Los quejosos que buscan recuperar su estado clínico, son captados de los hospitales que son regentados por el estado (Minsa y Essalud) porque es allí donde son direccionados a tal o cual establecimiento clínico particular. “En los consultorios externos del hospital Carlos Monge los médicos ni siquiera te hablan, los médicos parecen siempre estar molestos y si queremos que nos atiendan bien, la clave es preguntarle cómo podemos saber si nuestro mal es pasajero y ellos inmediatamente nos dan su número de celular y en la clínica donde los podemos encontrar o de su consultorio privado�, nos refiere una paciente que espera atención en una clínica calcetera.

Pero las clínicas privadas en realidad tienen a los médicos que atienden a tiempo completo en los establecimientos del Estado, pero extrañamente en horarios donde supuestamente debería estar en sus consultorios del Minsa no están y sí atienden prestos en sus establecimientos privados, cuando hay complicaciones o requieren de personal asistencial especializado, llevan a “sus pacientes� a los hospitales del Estado y es allí donde estos pacientes tienen las mejores atenciones que el resto de sus congéneres, porque sencillamente los otros no fueron a recibir una consulta privada, es entonces aquí donde no hay principio ético para la salubridad pública, pero entre el mismo cuerpo médico los códigos de ética se malinterpretan con el ocultamiento de información, por eso hasta la fecha no hemos visto un solo caso de sanción por parte del colegio Médico por mala praxis de la profesión médica, y si hay sanciones, la prensa no tiene conocimiento porque se guardan bajo siete llaves para no perjudicar el “honor� del colega. Es hora que las personas que son perjudicadas por malas prácticas médicas denuncien sus casos al Ministerio Público y es responsabilidad de este poder del Estado el perseguir el delito conforme su mandato imperativo constitucional en aras del resguardo de la salud pública.