Los Andes

De un tiempo a esta parte, a nivel político está creciendo la ola de adhesión a que el expresidente Alberto Fujimori tenga una existencia decorosa y en compañía de los suyos. La bancada política liderada por su hija está negociando al más alto nivel poniendo en tela de juicio la gobernabilidad al electo mandatario PPK, y ahora a pocas horas de que el mandato de Humala Tasso fenezca se conoce que presentaron un documento en que piden la gracia presidencial, aduciendo razones humanitarias que tendría colofón la conmutación de la pena o el indulto común. Aunque este pedido no correspondería, entendiendo que los delitos considerados de lesa humanidad son condenados por las cortes supranacionales y para los sentenciados por este delito, no existiría legalmente una conmutación porque estaríamos contradiciendo los preceptos de la convencionalidad constitucional.

Ahora bien, el Ministerio de Justicia como ente receptador del documento presentado por el reo Alberto Fujimori, no tiene más remedio que aceptar a trámite; conforme los cánones del requerimiento, seguro que evaluará el caso conforme a la documentación médica y el comportamiento penitenciario, para luego elevar el expediente o legajo completo a la Comisión de Gracias Presidenciales. Este órgano, conforme a los dispositivos constitucionales y al escrutinio de la convencionalidad, debe calificar el pedido y esa valoración debe ser derivada al mandatario nacional. Es el presidente constitucional en funciones el que finalmente tiene la palabra, en este entendido parece que por la demora del trámite, el presidente Pedro Pablo Kuczynski será reo de sus propias palabras.

En las redes sociales por el momento se está llevando una dura batalla en pro o en contra del indulto, no faltan los conspicuos fujimoristas quienes están retrayendo las escenas de muerte y dolor a consecuencia del terrorismo y la inflación; los contestatarios no se quedan atrás y replican las constantes violaciones de los derechos humanos ocurridos en la década que gobernó Alberto Fujimori, por lo que una decisión en cualquier sentido traerá mucha crispación, solo nos queda esperar que la última decisión sea tomada de la manera más correcta y que los ciudadanos la acaten con prudencia.