El fundamentalismo de Aduviri


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Escribe: Irazema Gabriela Carbajal Aquize | Política - 21 Sep 2014


Es todavía difícil entender como una persona que no respeta la ley, que delinque so pretexto de justas reivindicaciones, esté postulando a la presidencia del gobierno regional. Creo que solo obedece a los alucinados criterios del marketing político, que reza “no importa que hablen mal de ti pero que hablen”, “si no te conocen, no existes”.

O podría ser una analogía de la “farándula de la política” con la “farándula del espectáculo”, quien hace más escándalo, vende más.

Lo que verdaderamente ocurrió en el aymarazo fue un plan largamente elaborado por Aduviri, sus secuaces y la facción más dura de la ideología boliviana.

La situación de la mina de Huacullani, se presentaba como una coyuntura ideal para sus planes, se utilizó esta excusa para desatar toda una ola de violencia donde el objetivo final era tomar el poder por la fuerza, según informara el general Willman Andía.

Los “Ponchos Rojos” son una milicia conformada por reservistas aymaras bolivianos, cuyo lema es llegar al autogobierno, es decir, aymaras gobernados por aymaras, lo cual puede sonar totalmente válido, pero lamentablemente en Puno hay diversidad cultural. Toda la estrategia y logística desplegada fueron exactamente iguales a la utilizada por este grupo armado boliviano, eso confirma la presencia de los “Ponchos Rojos”, a quienes vimos pululando por la calles de Puno durante los casi dos meses de la ocupación de la ciudad, claramente visibles por el “acento boliviano”.

Nunca se procesó a Walter Aduviri por permitir la intromisión extranjera armada en asuntos civiles peruanos.

La televisión boliviana (los invito a sintonizar canales del vecino país) no tienen en buen concepto de los peruanos, mucho menos a los puneños, nos acusan permanentemente de copiar todo, sobre todo lo referente a su cultura, ahora podrán agregarle que también copiamos estrategias políticas.

El fundamentalismo de Aduviri, se basa en que solamente él y su entorno define lo que es correcto hacer, y lo que no es correcto según su criterio, se castiga. “O te alineas con lo que ellos disponen” o “te atienes a las consecuencias”, castigos que van desde multas, latigazos, destrucción de tu vivienda etc., etc.

Según muy buenas fuentes se sabía que en la mina de Huacullani, si querían negociar con la minera, pero las amenazas y el miedo pudieron más que cualquier expresión de libertad, allí no eras libre de decidir, se aplicó el “colonialismo interno”, donde los de arriba son los que mejor piensan y por lo tanto su decisión vale por encima de la de los simples mortales de a pie.

Al día siguiente de la quema y destrucción de locales públicos del aymarazo, tuvimos una reunión en el Coliseo Cerrado, la sociedad civil y los representantes de Yunguyo, allí el alcalde Walker Chalco, dijo claramente que había sido engañado, el día anterior, los pobladores de la base de Yunguyo fueron enviados a custodiar Yanamayo y la ruta a la Universidad, sería tal vez porque temían que el criterio cauto y prudente del alcalde Chalco jamás hubiera permitido semejante atentado, es así que ese mismo momento ordena el retiro de los pobladores de Yunguyo de la ciudad de Puno, estaba claramente acongojado, el reconoció la hospitalidad y el apoyo de los puneños y manifestó que una de sus metas era lograr hacer de Yunguyo y sus pobladores una provincia con alto nivel de educación.

Esto confirma que no son los aymaras, es Aduviri, quien utilizándolos quiere llegar al poder, yo capté con mucha atención del antropólogo Francisco Castillo, natural de Juli, quien manifiesta que los principios de vida en los cuales la cultura aymara ha elaborado su sentido de “crianza de la vida” son: “Ser chuymani” o “Ser supaya”, la diferencia entre uno y otro está en que el primero es un ser consciente, maduro, tiene corazón, comprende la vida y a los demás; mientras que el otro es totalmente lo contrario, y Aduviri encaja exactamente en la definición de “ser supaya”.

Puno tiene un reto histórico en estas elecciones, debe decidir entre una propuesta revanchista, de odio y venganza o un gobierno serio; pero además debemos trabajar intensamente en lograr el reconocimiento y respeto a la diversidad cultural, terminar con el racismo y el resentimiento, propiciar la unión y la fraternidad entre puneños, trabajando juntos con igualdad de oportunidades, debemos crear un espacio de reconciliación que nos ayude a superar una historia dolorosa e injusta. A ejemplo de nuestros hermanos aymaras, debemos criar la vida en el sentido de “seres chuymani”.


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