Los Andes

¡Deseo! Las Alasitas o Feria de las Miniaturas, se originó a principios del siglo XIX. En ese entonces, los pobladores del campo realizaban intercambios culturales con los pobladores del hermano país de Bolivia.

Según el antropólogo puneño Walter Rodríguez Vásquez, la Feria de Miniatura de Arte Popular estuvo relacionada a la Fiesta de las Cruces en la provincia de Puno y otras localidades aledañas, donde los pobladores rendían plegarias a la apacheta. “En aquel entonces existía una cruz de madera, la cual se ha ido modificando con el pasar de los años�, señaló.

En esta fiesta, los campesinos realizaban una especie de Qhatu, donde los asistentes, con el afán de materializar sus sueños, adquirían productos en miniatura, realizando a la vez el pago simbólico con botones y fragmentos de loza provenientes de China.

En aquel Qhatu se expendían productos comestibles en reducidos tamaños, tales como cestos de coca, papas, cajitas de alcohol, y demás productos, que era lo que anhelaba la misma población.

A través del intercambio cultural, los comerciantes del hermano país de Bolivia exportaban sus productos en miniatura al Perú, por intermedio del Lago Titicaca, desembarcando sus mercaderías en los astilleros de Huaje.

“Es bueno precisar que a finales del siglo XVIII, los bolivianos ya realizan esta feria en el departamento de La Paz, cada 24 de enero; en el Perú, se constituye el Qhatu en el siglo XIX�, refirió el antropólogo Rodríguez Vásquez.

La miniatura tiene el propósito simbólico de hacer posible la obtención real en el corto, mediano o largo plazo, ya sean en productos alimenticios, materiales de construcción, vehículos o viviendas.

Con el pasar de los años, las asociaciones de artesanía se han ido incrementando considerablemente y también se estaría distorsionando su origen, ya que ingresan productos no artesanales, dándole otro enfoque a esta actividad.