Los Andes

Ronald Gamarra, Secretario Ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, opina sobre el reciente libro "De puño y letra" de Abimael Guzmán.

Ronald Gamarra, Secretario Ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos

¿Cuál es su opinión en torno a este reciente debate que se viene dando a propósito de la publicación del libro “De puño y letra� de Abimael Guzmán. Se ha hablado de apología al terrorismo.

Lo primero que siempre será conveniente recordar es que Abimael Guzmán es el principal criminal que conoce la historia republicana del Perú y que es autor de atrocidades y barbaridades a lo largo de las dos décadas finales del siglo pasado. Evidentemente está privado de su libertad pero conserva algunos otros derechos como el de recibir y transmitir correspondencia. Lo que corresponde allí, dado que él se encuentra en el centro de reclusión de El Callao es que la Marina es quien debe administrar el tipo de correspondencia y hacer una suerte de suministro de la información. Con la información relativa a la vida personal o que no esté directamente involucrada con temas ideológicos no hay problema. Pero información que esté vinculada a ensalzar o a loar hechos concretos cometidos o a la guerra que ellos dicen que llevaron adelante será un acto de apología.

Abimael Guzman al estar encarcelado y publicar un libro, ¿comete algún tipo de delito?

La publicación de un libro no, cualquiera puede hacerlo. El tema es si en concreto lo que aparece en el libro es una apología del delito de terrorismo o no. Para eso hay que analizar el libro. Aún no lo he leído.

¿Cómo diferenciar apología y libre expresión?

Hay que tener muy claro la línea delgada que separa el delito de apología del terrorismo con lo que es la expresión de una opinión o de una creencia ideológica. Si se trata de alabar un hecho terrorista ya cometido por una persona que ya ha sido condenada por el delito de terrorismo, en definitiva hay apología. Sé que aparece una reivindicación de la masacre de Lucanamarca y ahí se dice que fue una acción necesaria que sirvió para frenar la acción de los pobladores en contra de Sendero Luminoso, entonces es evidente que ahí hay una reivindicación y eso sí es apología al terrorismo.

En el libro se deja entrever que todas las acciones de Sendero Luminoso fueron de carácter político y que también requieren de una condena política. ¿Qué opina?

Lo que define a Sendero Luminoso es su accionar y su finalidad. En su accionar realizaron ejecuciones con métodos absolutamente catastróficos, coches bombas, asesinatos, en fin. Evidentemente una de sus finalidades era causar el terror y la zozobra. Entonces, estos dos hechos, la atrocidad de los métodos empleados y la finalidad perseguida hacen de Sendero Luminoso una organización terrorista y por lo tanto, sus actos fueron terroristas.

En agosto de 2007 se publicó el libro “En el banquillo, ¿terrorista o rebelde?� de Víctor Polay Campos, ahora el de Abimael Guzmán. ¿Podría haber alguna relación?

Evidentemente es la misma situación. La posibilidad de que los internos y condenados por terrorismo puedan publicar libros está allí. Pero si en esos libros hay un ensalzamiento a lo que fueron las acciones armadas y terroristas, evidentemente eso será un delito.

Se ha dicho que este libro es de algún modo la defensa legal de Guzmán.

Si fuera así, temas vinculados a lo legal no constituirían apología al terrorismo sino parte de su defensa que uno puede considerar acertada, desacertada, más política que jurídica, etcétera. Esa parte no constituiría apología al terrorismo.

¿Cómo podría influir este libro en el imaginario social? Se habla de una amnistía para Abimael Guzmán. ¿Qué impacto puede producir en la opinión pública?

Yo considero que si no hubiera sido por la propaganda que le hizo el mismo Ministro de Justicia, el libro habría pasado desapercibido. Hubiera sido objeto de lectura de muy pocos, pero como ahora se ha creado una idea, a más de uno le interesará leerlo. En ese sentido, creo que los senderistas han logrado su objetivo, poner este tema en la agenda, otra vez aprovechar la coyuntura para plantear su estrategia política. Yo creo que lo que el ciudadano debe tener en claro es que Sendero Luminoso no sólo inició la violencia a finales del siglo pasado sino que también fue el principal responsable de las graves afectaciones a los derechos fundamentales de las personas. Por lo tanto ahí hay actos criminales, atroces, bárbaros que tienen que ser investigados, juzgados y sancionados sin pensar en ninguna amnistía posible. ¿Qué curioso?, pero finalmente los extremos se juntan, desde los militares que violaron derechos humanos y que ahora reclaman amnistía y no quieren juicios, hasta Guzmán que ahora reclama no sólo por él y por los miembros de su organización sino también por los militares que cometieron atrocidades

(*) Periodista puneño que labora en Asociación SER