Allá en el cielo, el gran arequipeñista Juan Guillermo Carpio Muñoz, debe estar feliz porque todos sus familiares y amigos se reunieron para celebrar su cumpleaños.
Juanito, como le decían con cariño, falleció el último 1 de marzo, pero ayer realmente estuvo presente en el auditorio William Morris de la Universidad Católica Santa María (UCSM), donde le cumplieron su mayor deseo.
El amor por su tierra, que era proclamado con cada palabra, gesto y acto fue rememorado por sus hijos Gonzalo y Lucía, así como por su compañera Maigualida Pérez Gonzáles, y conmovió e inspiró a todos los asistentes convocados por dicha universidad.
Juan Guillermo, dedicó su vida a Arequipa, y aún enfermo de muerte, entregó sus últimos días casi íntegros, a culminar su obra cumbre.
JUANITO Y AREQUIPA
“Una vez me preguntaron, ¿qué es Arequipa para tí? Una pasión, una vocación, un misterio por descubrir que excita mi curiosidad y entreteje todos los actos de mi vida”.
Maigualida Pérez, la compañera en la última etapa de su vida, leyó una carta que Juan Guillermo escribió cuando estaba internado en diciembre de 2017.
“Arequipa para mí, es un sueño por realizar, porque para mí es una ciudad viva, adolescente, que sí ha tenido una infancia estupenda, sé que se convertirá en una señora bella y esplendorosa, si trabajamos porque no pierda su identidad cultural mestiza que la hace única”, escribió.
Hasta 1983, Juanito completó la primera parte de su libro Texao, en 4 tomos, un trabajo de investigación iniciado en 1970, y que narra con maestría y precisión, lo que ocurrió en Arequipa entre 1867 y 1980.
TEXAO Y MOSTAJO
“Pero cada vez que terminaba de escribir otros libros, como un fantasma querido, se me aparecía el hacer la segunda parte de Texao, y cada vez me decía, para después será”.
Juan Guillermo iba a estudiar Medicina, contó ayer su tía materna María Elena Muñoz de Zapana. Precisamente su padre, Óscar Carpio era conocido como el médico del pueblo.
La vida y sus habilidades lo inclinaron al estudio de las letras. Pero no fue un historiador e intelectual quieto.
Se desarrolló en muchas áreas, pero siempre pensando, viviendo y preocupándose por Arequipa.
Por ello, se sintió profundamente inspirado por Francisco Mostajo, que para él, está representado en la flor de texao.
“No porque es la más bella, si no, la más rebelde”, dijo don Juan Guillermo.
DESEO CUMPLIDO
Fue en 2014, cuando Juan Guillermo publica su libro El Pendón Musical de Arequipa, que decide completar Texao.
“Con 69 años, me di cuenta que la vida se me podía acabar, me dije, ahora sí, pensando que no había minuto que perder, me decidí y entregué totalmente a producir esta versión completa y definitiva de Texao”.
Fue en junio de 2015, cuando fue declarado Hijo Ilustre de Arequipa, que expresó públicamente ese deseo y pidió ayuda. “Me siento con fuerzas y lucidez para hacerlo, pero necesito auspicio (…), no dejen que yo me vaya de este mundo, sin dejar mi Texao completo y publicado”.
En agosto de 2015, presentó su pedido formal de auspicio a la UCSM, y tal solicitud fue aprobada en junio de 2017.
Muy agradecido con el rector Manuel Briceño y las autoridades marianistas, continuó con el libro.
“Pero en diciembre de 2017, se enteró de su enfermedad y se apuró, se desesperó, sabía que le quedaba poco tiempo y empezó a trabajar entre 18 a 24 horas al día, apenas hacía siestas”, cuenta su compañera Maigualida.
Y cuando sentía que no le alcanzaría el tiempo, Juan Guillermo le rezaba a su amada tierra (ver poema adjunto), y retomaba las fuerzas.
Parecía imposible, y su mal arreciaba, pero terminó su obra el 23 de enero de 2019. “Que nadie le agregue una coma”, ordenó.
“Él soñaba presentarla el día de su cumpleaños”, contó Maigualida con la voz quebrada, a un atento público
Y qué dichoso debe ser aquel hombre al que le cumplen un deseo, porque ayer, Juan Guillermo Carpio Muñoz, hubiera cumplido 74 años.
Precisamente en esa reunión, con familiares y amigos, presentaron impresa su obra cumbre de 7 mil páginas distribuidas en 14 tomos.
Se llama Texao, Arequipa y Mostajo. La historia de un pueblo y un hombre.
Y es la historia contada de una tierra, que nadie amó tanto como don Juan Guillermo Carpio Muñoz, hoy, el verdadero Texao de Arequipa.

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