Por: Por Feliciano Padilla
Poeta, narrador, periodista y ensayista de gran actividad cultural en el Sur del país, nació en Puno en 1942. Luego de la fase de iniciación de la narrativa puneña, puede decirse que con él empieza a consolidarse la narrativa puneña contemporánea, en la que el uso de las técnicas narrativas y el perfeccionamiento del aparato formal, así como la expansión del discurso narrativo hacia otras latitudes, definen el nuevo rumbo de la narrativa en Puno.
Empezó como poeta en la ciudad del Cusco, donde estudió Educación -Especialidad de Lengua y Literatura- en la Universidad Nacional San Antonio Abad , Publicó: Obaydina, 1969; El vuelo de Aytié, 1970; Oración prohibida, 1972 y; Poemas sin rostro, 1977. En marzo del 2000 publicó el poemario “Las huellas del tiempo” en la Editorial Sagitario de La Paz-Bolivia. Es un volumen de 121 páginas que reúne toda su producción poética. Falta hacer una investigación valorativa de dicha obra, aunque por lo manifestado en la presentación del libro, se trata de una obra orgánica, sustancial y polifónica; esto último, en tanto representa diferentes estaciones de la vida del poeta, expresadas con un tono poético fino, tierno y pleno de símiles y metáforas muy propios de su estilo. Se conoce que, actualmente, existe en la Facultad de Ciencias de la Educación, un proyecto de investigación dirigido por el Dr. Juan Luis Cáceres, cuya ejecución dará mayores luces al respecto. Jorge Flórez, en su ejercicio de poeta ha sido maltratado sucesivamente por antólogos de poesía puneña; es el caso de la Antología de Poesía Puneña publicada por José Luis Ayala y; la última antología, de Omar Aramayo. Estas omisiones quizá se deban a que este escritor ha alcanzado más éxitos en narrativa que en poesía; sobre todo, prestigio a nivel regional y nacional. Claro está, aparte del criterio personal de cada antólogo que, a veces, suele ser arbitrario.
Jorge Flórez, es con su trabajo narrativo, que ha logrado mostrarse como un cultor tierno de la palabra. En tal condición ha sido invitado a diferentes certámenes de narrativa nacional e internacional; por ejemplo, fue asistente, juntamente con Padilla, del II Encuentro Nacional de Narradores del Perú, realizado en Arequipa en 1993. Fue asistente, otra vez con Padilla de la JALLA 95 (Jornadas Andinas de Literatura latinoamericana) de Tucumán (Argentina) y de la JALLA 99 realizada en el Cusco. Como para contradecir a los antólogos locales, como narrador, se encuentra entre los narradores peruanos de la Antología titulada “Los narradores peruanos de los sesentas” elaborada por el Dr. José Antonio Bravo. Y como tal, ha publicado libros de cuentos: “La tierra de los vencidos”, “Dos narradores en busca del tiempo perdido” y “Alay Arusa”, los tres, al alimón con Feliciano Padilla. En 1999 publicó su novela “Más allá de las nubes”. Léase algunos comentarios para comprender mejor la obra de este narrador. “De la literatura de Jorge Flórez-Áybar, quiero decir que su narrativa no está más bien en la ética del pasado, sino en la ética de su pasado personal. Él va y recupera qué es lo que ocurrió en su infancia como un niño andino sesgado, partido como lo fue Arguedas, partido entre dos mundos, un mundo escindido entre dos realidades: la realidad occidental y la realidad andina…una realidad golpeada por una serie de mitos, de prejuicios, de taras que muchas veces no las comprendemos; no las entendemos mientras vivimos la infancia y que, con el transcurrir del tiempo vamos a entender qué es lo que realmente ocurre en nuestra sociedad. Por eso, Jorge Flórez, yo pienso, se encuentra, más dentro de la ética de Marcel Proust, es decir, cómo ve a su infancia a través de la memoria no dirigida por la inteligencia, sino, por el corazón, y va a encontrar qué es lo que ocurrió, cómo ocurrió, cómo fue, y cómo a través de ese espejo nosotros podemos ver qué es lo que ocurrió en nuestro propio mundo. La literatura de Flórez-Áybar no busca la precisión, más bien busca la imprecisión; se deja llevar, no busca un tema…por el contrario, el tema lo busca (…)” (ARAMAYO, Omar, en Universidad y Pueblo No 05, 1993 : 75)
“Los Pájaros del Negro Manuel es un relato urbano -de urbe serrana- En los demás predomina la figura de Petrova, una especie de alter ego del autor. Quiero Bajarme de la Tierra es una anécdota colegial que retrata a un profesor abusivo…Muy remota es la relación de La Tierra que el Tiempo Olvidó, que cuenta la historia de Petrova, recién llegado a su pueblo de París, y su auxilio a una inquietante mujer cuyo padre está agonizante. Finalmente muere el viejo, a pesar del sacrificio ritual de dos animales. Dice Petrova: ‘Un pequeño temblor le hizo estremecer todo su cuerpo. Raras creencias, se dijo a sí mismo. Finalmente en La Tierra de los Vencidos, Petrova , frente al mar y su mundo/ dividido, se suicida. ¿Problemas de identidad? aparentemente… (ESCAJADILLO, Tomás: 1994: 200-201). Como ensayista, Jorge Flórez-Áybar publicó en 1998 el libro: “La novela puneña del siglo XX”. Se trata de un libro fundamental y único para el conocimiento de la producción novelística en Puno, que se creía que era tierra sin novelistas. La investigación ha dado conocer hasta 34 novelas escritas a lo largo del siglo que concluye, aparte de dos últimas más (la suya y la de Luis Gallegos). El ensayo, como era de esperarse, ha generado una gran discusión, lo cual habla por sí mismo, de su calidad, ya que ensayo que no genere debate es mal ensayo. La discusión se centra en si las treinta y tantas novelas descubiertas por Flórez-Áybar, son o no son novelas, realmente. Y si lo son ¿cuáles son las de mejor calidad? Nadie ha hecho esta investigación todavía. Pero, queda para los puneños el hecho incontrovertible de que ha producido 36 novelas -buenas, regulares o malas- a lo largo del siglo XX. En esta misma línea de investigación, últimamente, nos ha entregado otro libro: Literatura y Violencia en los Andes (Arteidea Editores, Lima 2004, 510 páginas). Se trata de una seria reflexión acerca de la literatura peruana, desde una perspectiva democrática, integradora, desprejuiciada, que cuestiona la visión sesgada, reduccionista y miope de la crítica oficial u oficiosa, que ha conducido a los peruanos a creer que la buena literatura sólo es producida por los limeños. Esta obra demuestra lo contrario: lo vigente, fresco y vigoroso de la literatura andina que, al igual que la literatura amazónica o afro-peruana corroboran firmemente al desarrollo de la literatura nacional.
*Tomado de “La narración breve de Puno. Apuntes para un estudio sistemático del cuento puneño”.
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